2 Reyes 4; 38: "Eliseo regresó a Guilgal y se encontró con que en esos días había mucha hambre en el país. Por tanto, se reunió con la comunidad de profetas y le ordenó a su criado: 'Pon esta olla grande en el fogón y prepara un guisado para los profetas'
En eso, uno de ellos, salió al campo para recoger hierbas; allí encontró una planta silvestre y arrancó varias frutas hasta llenar su manto. Al regresar, las cortó en pedazos y las echó en el guisado sin saber qué eran. Sirvieron el guisado pero cuando los hombres empezaron a comerlo, gritaron: '¡Hombre de Dios, esto es veneno!' Así que no pudieron comer. Entonces Eliseo ordenó: 'Tráiganme harina'. Luego de echar harina en la olla, dijo: 'Sírvanle a la gente para que coma'. Y ya no hubo más nada en la olla que les hiciera daño.
Quiero compartir seis principios que nos van a bendecir:
- Ley de la doble aceleración: Cuánto más rápido me muevo hacia mi meta, más rápido mi meta se mueve hacia mí.
De acuerdo a la velocidad con la que persigas tus sueños, tus sueños van a perseguirte a vos. Si tomás rápido las cosas de Dios, rápidamente tus sueños van a alcanzarte.
Con rapidez el profeta pidió que llevaran la comida y con rapidez también terminó con el veneno.
Para ir rápido, tenés que liberarte.
- Ley del magnetismos: Cuánto más éxito tengo, más éxito atraigo.
El éxito de hoy es la garantía que Dios te va a mandar otro éxito.
Cuando leés la vida de Eliseo, ves que Eliseo resucitó a un chico cuando, después fue a cancelar el veneno de la comida. En otro lugar multiplicó la comida, restauró una ciudad muerta de hambre, porque cuando te movés por éxito, el éxito te trae más éxito.
Dios creó al hombre y lo llamó Adán, y creó a la mujer a la que también llamó Adán, pero el hombre le cambió el nombre y la llamó Eva, que quiere decir mamá de todos.
Tenés que elegir si vas a llamarte como la gente te llama o como Dios te llamó.
Dios te llama 'bendecido y muy favorecido.'
No sé que nombre te puso tu familia, pero sé el nombre que Dios te puso.
Donde hoy estás vas a atraer éxito, y la gente dará gloria a Dios por verte tan bendecido.
- La ley de la perseverancia: Cuánto más importante es lo que quiero, más perseverancia tengo que tener
Cuando te cuesta lograr algo es porque soñás cosas grandes.
Cuánto más grande es tu sueño más perseverancia tenés que tener.
Tenés que ser perseverante a través de la fe.
Sin fe es imposible agradar a Dios, a Dios no lo podés agradar si no le creés. A Dios le encanta ser creído.
La fe mueve montañas, pero a veces la montaña está en la cabeza.
El monte es la incredulidad que está en tu mente.
Fe es creer, emoción es sentir. La vida cristiana no es por emoción, es por fe.
La fe es lo que creo. La vida espiritual es difícil porque es por fe.
La fe activa la emoción, pero la emoción nunca activa la fe.
Nos movemos por lo que creemos, por lo que Dios nos prometió.
Si querés ser perseverante, llenate de promesas de Dios, porque la fe viene por el oír.
- Ley del kilómetro extra: Si doy un extra, dejaré una huella
Para dejar una huella hay que hacer un extra.
Si vas a Disney, y te olvidás la llave dentro del coche tenés que llamar a la policía de ahí para que la saquen, y cuando se van te piden disculpas; eso es un extra.
En Disney hay tachos cada 32 pasos, porque está comprobada la distancia que se realiza desde el lugar donde se compra hasta que se desenvuelve lo que se compró; eso es un extra.
Tenés que ir un poco más.
Si aprendés a celebrar lo pequeño, Dios te va a dar mucho más.
- Ley de las posibilidades: En Dios siempre hay más de una posibilidad y más de una solución
El problema que tenés, tiene muchas soluciones en Dios.
No le digas a Dios cómo tiene que resolverlo, vos tenés que creer en la promesa.
Como bien sabemos, la harina no corta ningún veneno, pero sin embargo echaron harina en la comida, porque la harina en Dios corta el veneno.
Cuando éramos chicos nos ponían rótulos, y actuábamos ese rol; pero el Señor dice que si la gente puede construirte un rol con las palabras que te dicen, Él puede construirte el rol que necesites.
Él puede formar en vos al valiente, al sabio, al jefe, al mentor, al artista, al creativo, al fuerte; si no sabés que hacer pedile a Dios que te de el rol que necesites.
No importa cómo te trataron, lo importante es que lo que Dios profetiza sobre tu vida va a cumplirse.
- Ley de la abundancia: Hay suficiente para todos
La pobreza es una mentalidad que crea una cultura y tenés que quebrar las culturas de pobreza.
Hay abundancia para todos.
Jesús siempre pensó como millonario, solo un millonario contrata 12 personas full time. Solo un millonario paga una cena para 15 mil.
El ladrón vino para matar y destruir, pero Jesús vino para que tengamos vida en abundancia.
Todos los que te dicen que Dios no puede darte abundancia son ladrones, porque Jesús vino a dar vida y vida en abundancia.
Nuestro Padre va a darnos cosas buenas, de buena calidad.
Si como padres le damos lo bueno a nuestros hijos, cuánto mas nuestro Padre Celestial.
Tenemos que darle gracias a Dios cada vez que nuestros hijos nos piden cosas grandes, porque si nos piden es porque creen que se lo podemos dar; cuánto mas a Dios le gustará que le pidamos cosas grandes.
Tenemos que amar y disfrutar lo que Dios nos dio, porque si Dios te da algo y no lo disfrutás, Dios no va a darte otra cosa. En cambio, si vos amás, disfrutás y cuidás todo lo que Dios te da, tenés la garantía de que Dios te dará cosas más grandes.
Si tenemos el don de la vida, disfrutémoslo, porque el Padre nos dará cosas más grandes.
El profeta pidió una olla grande y, uno de los que fue a recoger frutos pensando que eran comida, terminó envenenado todo.
Viene gente a envenenar tu vida porque sos una olla para dar de comer a la gente; no dejes que te envenenen.
No dejes que te envenene tu ex cuando no te pasa plata, cuando no te deja ver a tus hijos, cuando hayas sufrido alguna injusticia.
El diablo tiene el poder del veneno, pero nosotros tenemos la harina que es el símbolo de la presencia de Dios.
Cada vez que alguien te maldiga, dale la gloria a Dios y declará ser más que vencedor.
La vida no se mide por los años que se viven, la vida se mide por los logros que tuviste.
¿De qué te sirve vivir 100 años y no serle de bendición a nadie?
Vos y yo somos la olla para dar de comer, no dejes que te envenenen.
Estamos vivos para darle vida al que está muerto, para presentarle al Señor.
Hay gente que viene a envenenarte, pero no te olvides que tenés, pero no te olvides que tenés al Espíritu Santo.
Cuando Jesús dice que tu hijo te pide un huevo, un pescado, vos se lo das. Eso simboliza el almuerzo, y está queriendo decir que cada vez que tengas hambre el Señor va a darte de comer.
Tenés que comer del Espíritu Santo para que cuando quieran envenenarte vos tengas el antídoto; si te maldicen lo cancelás por una bendición. Vas a cosechar lo que el Padre sembró.
El padre de la fe de Estados Unidos, cuando nació pesaba menos de un kilo; y lo tiraron a la basura pensando que era un aborto, pero su abuela lo tomó para darle de comer y ese hombre fue padre de fe para naciones.
No importa cómo empezaste, sé como vas a terminar.
No importa si tenés una adicción, si te tiraron a la basura porque el Dios que amamos tiene el poder de la vida, para darnos vida y vida en abundancia.
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