Vesiculo del dia


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martes, 8 de junio de 2010

!TEN ANIMO!

¡Ten Ánimo! ¿Por qué me tiene que suceder esto a mí? Esa es una pregunta que nadie va a responderle satisfactoriamente.
Le pueden aconsejar y le pueden alentar con todo el amor y con toda la sabiduría del mundo, pero como que no le basta, como que no es suficiente; su corazón sigue temblando de dolor, de angustia y, nada de lo que siempre le había sido útil para animar a los demás parece venirle bien a usted mismo.
Una cosa es el problema que vive el otro y otra cosa, muy diferente, lo que le toca vivir a usted en su propia epidermis.
Desearía que con este artículo Dios me permitiera realmente ministrar su vida. Para eso vamos a incursionar en la carta del apóstol Santiago. Lo cierto es que Santiago no se vanaglorió de su relación personal con el Señor Jesús ni tampoco se identificó a sí mismo como un líder religioso. Dice que su mayor honor fue ser un siervo de Dios. Y su mensaje se introduce profundamente en la médula de cada uno de los cristianos del mundo, para arrimar una dosis de fe, de esperanza y de sosiego para superar todas las cosas que nos tocan vivir.(Santiago 1: 2)= Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas. Fíjese usted que el mandato estructural, aquí, es regocijarse; poco menos que ponerse a cantar, saltar y bailar cuando su fe sea sometida a prueba. Pero saliendo un tanto de lo estructural, podemos ver en este verso una palabra que indudablemente es clave: CUANDO. Porque no le dice que es SI se encuentra en diversas pruebas, que determinaría alguna posibilidad de que eso no sucediera; dice CUANDO, lo que le está avisando que, le agrade o no, lo entienda o no, lo acepte o no, al largo, mediano o corto plazo, alguna prueba (No puedo saber si fuerte, muy fuerte, liviana o muy liviana) le va a aparecer.
Hay tres escrituras que confirman esto y la última, abre paso a una segunda fase que le lleva a usted a una mejor comprensión y, por consiguiente, le alienta y le capacita para el paso siguiente.(Mateo 5: 11-12)= Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros. (Esto le está diciendo que una de las posibilidades de sufrir pruebas, radica en cuando el Señor deposita en usted la gracia de alguno de los ministerios del reino. Se es salvo por gracia y misericordia, sin mérito ni precio alguno de su parte. Pero se sirve al reino con rigor y con inclemencias)(Hebreos 10: 34)= Porque de los presos también os compadecisteis, y el despojo de vuestros bienes sufristeis con gozo, sabiendo que tenéis en vosotros una mejor y perdurable herencia en los cielos. (Aquí se evidencia que las pruebas sobrevienen sobre los creyentes, sobre todos y cada uno de los que un día asumieron el compromiso trascendente de seguir y servir a Cristo.)(1 Pedro 1: 6)= En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas. (Es muy leve la mención, pero suficiente como para entender definitivamente que, si Dios considera NECESARIO para su crecimiento, o entrenamiento, permitir determinadas pruebas sobre su vida, sin dudas que lo hará). La única duda que a cualquier persona puede caberle en estas circunstancias, es: ¿Por qué puede ser necesario? O mejor dicho: ¿para qué?(Santiago 1: 3)= Sabiendo que la prueba de vuestra fe, produce paciencia. (La paciencia no se compra, no se recibe mágicamente ni se hereda. La paciencia se produce, se arma como una poderosa estructura de hierro. La paciencia, en suma, es el fruto que nace como resultado de una prueba. O de varias.)(Romanos 5: 3)= Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia.
Convertirse en cristiano no le libera a usted, automáticamente, de todas las dificultades. La Biblia da evidencias que esto es así y que, para producir paciencia, indefectiblemente usted va a tener que pagar un precio.
La actitud madura del cristiano ante la adversidad, es enfrentarla con sumo gozo, que obviamente, no es una simple reacción emocional, sino una deliberada e inteligente evaluación de las circunstancias desde la perspectiva de Dios, para ver a la prueba como un medio para el crecimiento espiritual. No nos podemos gozar de las pruebas por sí mismas, ya que ello sería una especie de masoquismo o estoicismo humanista disfrazado con esa mentira monumental e histórica llamada “resignación cristiana”, sino en sus posibles frutos.
Someter a prueba equivale a comprobar lo genuino de algo, en este caso su propia fe. Sirve como una disciplina para purgar esa fe de toda impureza nociva, extirpando lo que es falso o meramente religioso.
La paciencia, en suma, no es un resignarse pasivamente “a lo que venga”, sino tener firmeza, valor y hasta tozudez para poder aprender a resistir con valentía. Y no olvide que “resistir” en términos bíblicos, no es aguantar o soportar, es combatir fortalecidos por el poder de Cristo actuando en nuestra vida.(Santiago 1: 4)= Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.Puede usted darse cuenta que la idea de Dios, es que usted resista de tal manera como para que Él tenga tiempo suficiente para hacerle semejante a Cristo por medio de la prueba. ¡Nada menos!(Colosenses 4: 12)= Os saluda Epafras, el cual es uno de vosotros, siervo de Cristo, siempre rogando encarecidamente por vosotros en sus oraciones, para que estéis firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios quiere.
Lo único que debo aclarar aquí, para evitar confusiones, es que cuando dice PERFECTOS, no se está refiriendo a la ausencia absoluta de pecado, o de algo que no tiene errores, sino a una idea que implica algo completamente desarrollado y maduro, muestra una idea de plenitud y redondez que, sin Cristo, (Y sin pruebas, o sin dolor) es poco probable poseer simple sabiduría.

Claro, usted estará pensando: “Todo esto está muy bonito, pero; ¿Qué sucede cuando mi sabiduría no alcanza para afrontar lo que me toca padecer? La respuesta:(Santiago 1: 5)= Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. ¡Es tan simple! ¡Es tan sencillo! “- Está bien, hermano… Pero eso es más bien…teórico, ¿No cree? –“ Espere. Vamos a ver:(1 Reyes 3: 9-10)= Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque: ¿Quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande? Y agradó delante del Señor que Salomón pidiese esto.(1 Juan 5: 14)= Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Veamos: la sabiduría, dice que puede recibirse pidiéndosela a Dios con fe, de ninguna manera es instrucción intelectual, información académica o especulación filosófica, sino comprensión espiritual del propósito de las pruebas.
Cuando Dios concede un don, lo hace –dice- abundantemente y SIN REPROCHE. Esto es: generosamente, no con disgusto, con desgano o con reservas.(Santiago 1: 6-7)= Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a la otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.(Santiago 1: 8)= El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.Yo quiero aclararle que el hombre de doble ánimo del que se habla aquí, es una persona arrastrada en dos direcciones opuestas. Sus lealtades están divididas, y a causa de su falta de sinceridad, vacila entre la fe y la incredulidad, pensando algunas veces que Dios le ayudará y renunciando en otras ocasiones a toda esperanza. Esa persona es inconstante en todos sus caminos, no sólo en su vida de oración. La falta de consistencia en el ejercicio de su fe pone al descubierto la esencia de su manera de ser.
En el capítulo 4, en el verso 8, Santiago exhorta a esta clase de personas: dice: Vosotros, los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. Les está diciendo que deben alinear su intelecto, su voluntad, sus sentimientos y emociones y someterlos a la voluntad de Dios y, por fe, a sus promesas teniendo en cuenta un elemento sumamente importante: sin razonarlo humanamente.

Por tanto, debemos sentirnos animados porque las pruebas que padecemos tienen el propósito de formar nuestro carácter para que se parezca al de nuestro Señor Jesucristo; las pruebas producen en nosotros paciencia y madurez. ¡El Señor desea que crezcamos espiritualmente y nos ayuda fortaleciéndonos en medio de las pruebas!
Por: Dr. OSCAR SOBALVARRO